A catorce años de haber tomado la alternativa en Nimes, Francia, el matador Juan Pablo Sánchez le confirmará por vez primera un doctorado a otro torero en la Plaza México: se trata de la ceremonia del español Juan Ortega, la cual sucederá este domingo 1 de diciembre en un cartel con pasta artística, que remata el diestro Diego Silveti, en la lidia de un encierro de la ganadería Montecristo, propiedad de Germán Mercado Lamm.
Si bien al hidrocálido Juan Pablo Sánchez se le ha visto triunfar reiteradamente en la plaza de la tierra que lo vio nacer, la Monumental de Aguascalientes, misma que se ha convertido en su bastión en este país; también en la Plaza México ha brindado grandes tardes, que incluyen una salida en hombros por la Puerta Grande en 2016, así como las faenas que realizó en ese ruedo en 2019.
Durante el presente año, en plena madurez como persona y como torero, a lo largo de la geografía taurina nacional Sánchez ha cuajado grandes triunfos, con su sello de valor, temple y profundidad. Al respecto siempre ha señalado: “Disfruto torear muy despacio con la muleta. Llevar al toro muy largo y muy profundo… así me siento pleno porque es lo que más satisfacción me da. Torear así me permite llegar al hotel feliz y entregado, roto, cansado de que me entregué y pude cuajar un toro como me gusta”.
Agregó: “Quiero dejar en la arena faenas rotundas, quiero dejar huella. Actualmente hay muchos toreros muy importantes, hay toreros que interesan bastante. Eso crea competencia y le viene bien a la Fiesta Brava porque creas expectativa y, a uno, como matador te exige para entregarte más”.
Fotos: archivo.