En la corrida que se llevó a cabo en la Monumental de Aguascalientes en el marco de la Feria de San Marcos, se lidió un encierro falto de fuerza de la ganadería Bernaldo de Quirós, excepto el buen tercero que recibió arrastre lento, ante el cual, Andrés Roca Rey se sublimó con una faena en la que cortó dos orejas. Arturo Macías y Diego Silveti estuvieron por encima de sus respectivos lotes, el primero de estos diestros perdió un apéndice ante el que abrió plaza y Silveti, con el quinto, por no haber estado finos con la espada.
El peruano Andrés Roca Rey, con el tercer toro, de emotiva salida, al tratar de ejecutar el primer muletazo, fue prendido y resultó con la taleguilla desgarrada. El astado se colaba por ambos lados, pero sin dudarlo, el peruano se quedó quieto para ligar las tandas ajustadas en las que se respiraba peligro.
Toreó con la muleta muy de frente. La emoción fue el sello del trasteo, pues el toro fue a más y el diestro toreó despatarrado, alargando el brazo y con la mano baja para dar mayor extensión a cada trazo. Cuando se tiró a matar, lo hizo con absoluta determinación por lo que sepultó la espada hasta el pomo. El toro dobló entre la ensordecera gritería del público. Con el último Andrés se dejó sentir con fuerza hasta después de un par de tandas con la sarga e hizo una faena de un corte más técnico, la cual que arruinó al oficiar con el acero.
Diego Silveti se estrelló con el segundo, un ejemplar que fue deslucido y sin fuerza, por lo que tuvo que realizarle una labor de enfermero en base al oficio y a la voluntad. Tras haber sido despachado por el diestro, fue pitado en el arrastre.
A las bellas y reposadas verónicas con las que Silveti recibió al quinto, con clase, pero poco fuelle y sin transmisión, siguió con un quite por gaoneras, con un pinturero remate. El cambiado por la espalda fue el preámbulo de una meritoria faena con la muleta. Dio distancia y reposo al ejemplar para ir cuajando los pasajes a media altura. Destacó su desempeño con la mano diestra para aprovechar el mejor pitón de su enemigo, que llevó a los medios y toreó con suavidad. La estocada cayó baja y perdió el trofeo.
Arturo Macías enfrentó al primer toro del encierro, mismo que contó con calidad, con transmisión pero que resultó medido de fuerza. Estuvo pulcro y cuidó al ejemplar desde que se abrió de capa. Lució al torear a media altura, en su labor muleteril, que fue breve, pero intensa, le llegó mucho al tendido, con su variedad y temple. No logró despachar al primer viaje.
Recibió al cuarto, con dos largas cambiadas, de rodillas, al filo de las tablas. Fue así como hizo su declaración de raza y valentía. Tras un quite por revoleras, el ejemplar empezó a quedarse corto, por lo que casi no lo picó. Macías acortó distancia, fue una labor porfiando con serenidad, pero sin obtener dividendos.
El balance final fue: Plaza de toros Monumental. Más de media entrada.. Toros de Bernaldo de Quirós, con calidad pero poca fuerza, excepto el tercero, de buen juego, premiado con arrastre lento. Arturo Macías: saludos en el tercio y palmas; Diego Silveti: silencio y palmas; y, Roca Rey: dos orejas y silencio.
