Marysol Fragoso Sosa

Dos orejas de Miguel Aguilar por una de Eduardo Neyra y de Alejandro Adame, en La México

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POR MARYSOL FRAGOSO

Un derroche de entrega y de convicción de triunfo fue el que brindó la terna que conformó la primera novillada en la ruta de reapertura de la Monumental Plaza México. Cada integrante del cartel dejó en claro sus firmes procederes, sus recursos, así como manejo de la técnica para superar la falta de transmisión y de fuerza que prevaleció en el encierro de San Diego de los Padres.

Al término del festejo, entre la aclamación de los diez mil aficionados que acudieron al coso Miguel Aguilar salió a hombros, tras haber cortado una oreja a cada novillo, con la actuación más seria, enterada y artística; Eduardo Neyra, toreó calidad y a su segundo le cortó un trofeo por una faena de clase; mientras que Alejandro Adame dejó escapar un apéndice del tercero por fallar con la espada, al igual que le sucedió en Madrid el mes pasado, no obstante, rescató una oreja del último al que lidió bajo la lluvia y los embates del viento.

Miguel Aguilar tuvo que poner toda la decisión y alegría que le faltó al novillo abreplaza, por ello, frente a la puerta de caballos, embarcó y pulsó la embestida de su enemigo para lograr tandas meritorias; cuando ese ejemplar se sintió podido, tiró a defenderse, a lo que el joven diestro respondió con seguridad y le pisó el terreno. En un pasaje  fue prendido por el antebrazo derecho, sin consecuencias. Terminó de estocada entera en buen sitio para cortar una oreja.

Ante el cuarto, se puso de rodillas al ligar una serie de muletazos. Poco a poco fue generando los pasajes, pues el ejemplar que había salido acalambrado de toriles, le presentó problemas, mismos que resolvió con soltura. Se impuso nuevamente para volver a torear de hinojos. Ejecutó una estocada impactante que le redituó otro apéndice.

Grato sabor dejó Eduardo Neyra, en el que ha sido apenas su segundo paseíllo en el máximo coso del país. Logró una labor importante hasta donde lo permitió el gas de su astado que terminó aplomado y acabó de estocada.

Lo importante de la labor de duranguense llegó con la lidia del quinto, al que le cuajó una faena en base a valentía y determinación. Su calidad se impuso y con otra estocada completa obtuvo un apéndice.

Alejandro Adame conectó con fuerza hacia en tendido en la lidia de ambos toros. Tras perder la vertical en el tercero, sacó la casta y la faena se fue para arriba, para convencer y vencer, a aficionados y toro, respectivamente. Lo traicionó la espada.

Ante el sexto, gustó con las chicuelinas antiguas y con la muleta, fue prendido por el toro y su hermano Luis David que estaba en el callejón, saltó a la arena para rescatarlo de entre los pitones. Como parte de su faena transcurrió bajo la lluvia, cuando el juez concedió la oreja, las asistencias no lo percibieron y luego tuvieron que ir a cortarla cuando el animal ya estaba en el túnel y se la entregaron al diestro.

El balance final fue: Novillos de San Diego de los Padres, que sustituyeron a los de Jaral de Peñas, débiles y con poca transmisión. Pesos: 459, 468, 478, 445, 446 y 462 kilos. Miguel Aguilar (azul marino y oro), oreja y oreja; Eduardo Neyra (verde manzana y oro), palmas y oreja; y Alejandro Adame, palmas tras aviso y oreja.

PIE:

Miguel Aguilar se hizo sentir en su regreso a la capital mexicana. / FOTO: CORTESÍA LA PLAZA MÉXICO

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