La plaza de toros potosina El Paseo-Fermín Rivera reabrió sus puertas en una noche preciosa, que acompañó el regreso de la fiesta a San Luis, con gran ambiente en los tendidos.
La corrida de San Martín, propiedad de la familia Baillères, tuvo presencia, toros de tipo distinto, en los que destacaron mucho el segundo y el quinto. Los tres restantes se vinieron a menos y el cuarto fue un galimatías.
Fermín Rivera pechó con dos toros complicados; un lote con el que no había manera de triunfar. Con deseos y voluntad terminó con su primero y con el cuarto tuvo que sacar el oficio para deshacerse de él.
Joselito Adame dejó el triunfo en dos faenas de gran intensidad, bien hechas, completas y variadas. El público se le entregó sin reservas, ante la gran figura que es. Desafortunadamente cambió el triunfo máximo por dos ovaciones al fallar a espadas. Una pena haber tenido todo y dejarlo escapar al final.
Diego Silveti se encontró con un lote al que le faltó fondo final. Sus dos toros se acabaron pronto. Diego hizo gala de su tauromaquia, fina, seria y estética, pero no remató las faenas con la espada. Dejó ir una oreja de cada toro de haber acertado.
Faltaron las espadas con filo, para que Joselito y Diego cortaran apéndices, pero el público disfrutó de una corrida en donde vio el torero bueno y de mucha emoción.
TEXTO Y FOTO: CORTESÍA PRENSA DIEGO SILVETI
