Luego de muchos años de sequía la comarca lagunera vuelve a sumar a sus filas a un matador de toros. Se trata de Arturo Gilio Quintero, quien tras sobreponerse a la prohibición a la fiesta brava ejecutada desde 2015 en el estado de Coahuila, su tierra natal, así como a otros obstáculos, con grandes esfuerzos logró seguir su vocación.
Después de una destacada trayectoria como novillero, la mayoría de la cual aconteció en Europa, se convirtió en el primer mexicano en obtener el doctorado en la plaza de Acho, Lima, Perú, en los 256 años de vida del coso donde se lleva a cabo la Feria del Señor de los Milagros, la más importante en Sudamérica.
Gilio hijo recibió la alternativa de manos de Julián López “El Juli”, ante el testimonio de Andrés Roca Rey, es decir, alternó con dos figuras del toreo. El toro de la ceremonia se llamó “Sabueso”, número 159, del Puerto de San Lorenzo, al que le cuajó una trasteo vibrante en el que avanzada la faena le cuajó muletazos de temple y lentitud por el pitón izquierdo que dieron la gran talla del toreo que realiza. Tenía la oreja en las manos, pero falló con el acero. Su falta de certeza con la toledana lo llevó a escuchar un aviso y a pesar que el público limeño le llamó a saludar en el tercio, el mexicano se negó.
En contraparte, fue la ejecución de la estocada fulminante al sexto toro, de la dehesa San Pedro, la que puso un apéndice a su cuenta personal, tras un trasteo con tesón y voluntad, pero con poca transmisión debido a la condición del astado. El triunfo grande fue para su padrino, “El Juli”, con el corte de dos orejas; y para Roca Rey, con tres.
El balance final de la última corrida de la Feria del Señor de los Milagros fue: Lleno. Toros de El Puerto de San Lorenzo (primero, tercero y cuarto) y de San Pedro. Julián López «El Juli»: silencio y dos orejas; Andrés Roca Rey: oreja y dos orejas; y Arturo Gilio: palmas y oreja.
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El matador de Torreón estrenará doctorado en Tlaxcala, el sábado 19. / FOTO CORTESÍA NTR TOROS
