En el último año, los efectos de la pandemia han afectado también a las estrellas del deporte, quienes no se libran de las pérdidas económicas. La leyenda de la NBA, Michael Jordan, ha visto su patrimonio reducido en un 24% desde abril de 2020, según recoge la revista Forbes.
“Jordan habría perdido 500 millones de dólares en el último año, pasando de tener un patrimonio estimado en 2 mil 100 millones de dólares, a uno de 1 mil 600 millones”, publicó la prestigiada revista especializada en finanzas.
Los patrocinios y sus derechos de imagen son una de sus principales fuentes de ingresos. Su imagen asociada a Nike le reporta suculentos beneficios anuales e incluso casi veinte años después de colgar sus zapatillas ya que sigue vinculado a acuerdos de patrocinio con Hanes, Gatorade o Upper Deck.
Desde 2010 es propietario de los Charlotte Hornets, con el 90% de las acciones adquiridas por 275 millones de dólares, que ahora están valoradas en algo más de mil millones; también tiene participación en la liga de béisbol a través de los Miami Marlins y se ha introducido con una gran inversión en el mundo de los e-sports.
Fuera del mundo del deporte, cuenta con varios restaurantes e incluso un concesionario de coches en Carolina del Norte. Sus inversiones se reparten en muchos sectores, desde empresas tecnológicas hasta una marca de tequila junto con otros magnates de la NBA.
A pesar de ver reducida su fortuna, Jordan sigue siendo una de las 500 personas más ricas de Estados Unidos y no ha perdido su espíritu solidario.
El exjugador de baloncesto dona a entidades benéficas todos los beneficios que obtiene a través de los juicios que gana por el uso indebido de su imagen. Ha hecho lo mismo con las ganancias del famoso documental The Last Dance producido por Netflix el año pasado sobre su vida, unos 4 millones de dólares.