Se realizó la corrida correspondiente al cerrojazo del serial llamado Tlaxcala Corazón Taurino de México, en la plaza Jorge Aguilar “El Ranchero”, en la que se lidió un encierro de la ganadería local Atlanga, propiedad de don Emilio Rodríguez, quien dio vuelta al ruedo tras la muerte del quinto toro. Dos orejas cortaron respectivamente Diego Silveti y Pepe Nava, en quinto y sexto.
Ernesto Javier “Calita” perdió un triunfo de orejas al fallar con la espada. La faena al cuarto toro fue completa y sentida, toreó largo y con la mano baja a un toro de gran clase. Se gustó de verdad, pero lo pinchó y cambió un gran triunfo por una ovación. El primero no terminó de romper y el diestro estuvo esforzado.
Diego Silveti cuajó un triunfo rotundo ante el quinto ejemplar, que más que representar la puerta grande, ha dado constancia de un toreo de gran reposo y naturalidad con la mano izquierda. Luego de torear por el lado derecho, el toro se fue a refugiar en tablas, hasta donde el diestro fue por él; serio, reposado y sentido, le bajó la mano en dos tandas lentísimas, verticales y con el cuerpo relajado, que hicieron vibrar al público. Remató la obra con bernardinas, sin ayuda de la espada, cambiando al toro enfrente de su cuerpo a centímetros. Le gritaron ¡torero, torero!
Lo reventó con un espadazo al encuentro, debido a que el burel tardó en doblar, empleó el descabello y aún así a su mano fueron a dar las dos orejas. Con el segundo, que se rajó pronto, se puso pesado con la espada y fue avisado por partida doble.
Pepe Nava realizó un gran esfuerzo para salir adelante. Se encontró con un sexto toro que requería oficio, complicado y salió del paso. Se jugó en una carta su futuro y la ganó. Faena con ambas manos con entrega y con el público apoyándole. Estocada hasta la empuñadura que hizo doblar sin puntilla para cortar dos orejas que le saben a gloria. Ante el tercero cumplió.
El resultado final de los matadores fue el siguiente: Ernesto Javier “Calita”, quien obtuvo un balance de silencio y saludos en el tercio, tras aviso; Diego Silveti, silencio tras dos avisos y dos orejas; y Pepe Nava, silencio y dos orejas.
PIE:
El ganadero don Emilio Rodríguez y Diego Silveti dieron vuelta al ruedo triunfal, tras la muerte del quinto toro. / FOTO: CORTESÍA ÁNGEL SAINOS
