En la antesala de su adiós en la Monumental Plaza de toros México y entre la zozobra de saber si se podrá celebrar la corrida del próximo lunes 5 de febrero en el marco del 78 aniversario del máximo coso del país debido a otra suspensión determinada la víspera por una jueza en la capital mexicana, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, mantuvo su agenda y la fe por todo lo alto durante este miércoles mientras realizó diversas entrevistas en medios de comunicación.
Por noche, cerró su actividad con un coctel en el restaurante Blanco Castelar en Polanco, al que asistieron distinguidas personalidades y aficionados del medio taurino para disfrutar de un ameno coloquio que fue conducido por Rafael Cué Echeverría, durante el cual, este famoso jinete español, acompañado por su familia expresó diversas reflexiones en torno a la que tentativamente será su última tarde en el ruedo capitalino.
“Saber que voy a torear por última vez en la Plaza México es duro, pero a la vez gratificante al saber que he tenido una vida profesional plena, por todo lo que he vivido y por todo lo que me ha dado la tauromaquia. Creo que no me dejo nada atrás pero no es fácil pensar que te vas a despegar de una parte tan importante de tu vida porque ha sido tan sentimental”, expresó Pablo Hermoso.
Más adelante, en la charla volvió a expresar su sentir al respecto: “No me acabo de creer que es un adiós; sé que lo es a las grandes ligas y a los circuitos, pero voy a seguir ligado a la Fiesta Brava, seguiré viviéndola al lado de mi hijo Guillermo, además seguiré toreando algún festival altruista. Sobre todo, voy a seguir montando, porque cuando ya no pueda montar ya no sé qué haré en la vida”.
Al ser cuestionado acerca del papel que durante esta campaña de despedida por plazas mexicanas ha desempeñado su hijo, el también rejoneador Guillermo Hermoso, respondió: “Ha sido fundamental y decisivo porque si él no hubiera estado aquí; yo sólo habría adaptado el número de festejos a mi edad. Sin él me habría costado más colgar toda la infraestructura de mi vida taurina, de mi cuadra de caballos, del equipo de colaboradores que son como de nuestra familia. Ahora, con Guillermo todo ya tiene continuidad”.
A pregunta expresa acerca de lo que espera que acontezca en el ruedo el 5 de febrero señaló: “Sueño con una tarde en la que un toro me permita expresarme, que tenga emoción, pero, sobre todo que haya esa comunión que he sentido con el público de La México. Sueño con que se dé ese milagro, ese sentimiento mutuo y más que conseguir trofeos, que mejor sea una tarde para el recuerdo”.
Además, Hermoso se dio tiempo para recordar sus inicios al llegar por vez primero a tierras mexicanas: “No conocía a nadie pues yo venía de torear en Colombia. Una semana antes de mi presentación fui a conocer la Plaza México, luego se dio mi gran triunfo ahí y empecé mi recorrido por otras plazas. El primer año tuve como reto sobrevivir, pero gracias a Dios la gente nos ayudaban en todas partes no sólo en lo taurino sino en lo familiar y con mis hijos”.
El maestro no podía pasar la noche sin mencionar a “Cagancho”, el caballo que lo acompañó en una parte fundamental de su trayectoria: “Su característica principal fue la personalidad. Era increíble lo que provocaba en la plaza, además tenía un gran corazón y una entrega tremenda”.
Finalmente, Pablo hizo una breve valoración de cómo está siendo para él esta abultada temporada: “La campaña está siendo apasionante y junto con las dos primeras es la más completa, pero ahora, es dónde he sentido más pasión y más cariño de parte del público por lo que he disfrutado más a cada segundo”.
Foto: cortesía Humbert
