El gran reto que para el novillero Arturo Gilio supuso su primera novillada en solitario, en la lidia de cuatro astados, sirvió para que demostrara que tiene un camino promisorio en el mundo taurino. Este estupendo balance que obtuvo el torero nacido en Torreón, Coahuila, se suma al estupendo debut que consiguió a inicios de mes en la Monumental Plaza México.
Este sábado 19 de febrero, agotó las localidades permitidas en la plaza Alberto Balderas de Lerdo, Durango, donde al término del festejo contabilizó un balance de saludos en el tercio, dos orejas, palmas, así como dos orejas y rabo simbólicos al decretarse el indulto.
Al primero, llamado Heredero, de la ganadería Villa Carmela, con calidad pero justo de fuerza, en base al valor y a la determinación, le extrajo muletazos de gran calidad por ambos pitones. Tras darle muerte, saludó en el tercio.
Al segundo, de la ganadería propiedad de su padre, bautizado como Dos Generaciones le cortó dos orejas, tras haber eslabonado una faena con calidad, con importante pasajes por ambos pitones. La remató con una estocada fulminante, por lo que fue premiado con dos apéndices.
Legado se llamó el siguiente astado, de Villa Carmela, con calidad pero justo de fuerza, lo lidió con voluntad y solvencia. Luego de despacharlo con media estocada, recibió palmas.
El cierra plaza fue Don Jesús, que a la postre resultó indultado por el novillero lagunero, para honor de la dehesa jalisciense propiedad de don Eduardo Arena Barroso. Arturo le ejecutó una faena con entrega, temple y variedad. Con ello, salió en hombros
PIE:
Brilló el buen toreo del lagunero Gilio, durante su novillada en solitario
FOTO: CORTESÍA MANOLO BRIONES/NTR TOROS