Con una vuelta al ruedo para José y el corte de una oreja para Javier, estos jóvenes rejoneadores de la dinastía Funtanet se alzaron como triunfadores en la tarde que marcó su debut en la Monumental Plaza México, con lo cual sentaron un precedente importante al ser los primeros hermanos de esta disciplina del toreo a caballo en presentarse en el máximo ruedo mexicano en una misma tarde.
El marco de este acontecimiento fue la primera de las tres novilladas que integran la llamada Feria de Aniversario 75-76, donde alternaron con los novilleros de pie Cristian Antar y José María Mendoza, quienes estuvieron esforzados pero se retiraron en silencio, luego de haber enfrentado un encierro deslucido de la ganadería San Constantino, propiedad de Juan Pablo Corona, donde únicamente sobresalió el cuarto, que fue premiado con arrastre lento, debido a su buen juego. Los Forcados Mexicanos concretaron la pega con primero y cuarto, al primer intento.
Abrió plaza José, ante un novillo noble pero que esperaba mucho, por lo que tuvo que llegarle mucho a la cara para poder clavar dos rejones de castigo y las banderillas. Muy poca transmisión tuvo el burel y se fue aplomando por lo que el caballista, en una labor muy meritoria tuvo que esforzarse mucho por alegrar a los aficionados. Colocó el rejón de muerte, segundo viaje. Dio vuelta al ruedo con el forcado Alfredo Caballero.
Con el cuarto, el más rematado y con más cara, pero que tuvo calidad, Javier se empleó en una faena emotiva, con temple y con enorme conexión con el público que se volcó con él. Javi mostró conocimiento de terrenos y clavó siempre por todo lo alto. Su faena fue armónica y la remató con un rejonazo contrario, lo que puso en su mano la única oreja del festejo, que paseó con el ganadero Juan Pablo Corona y del forcado Juan de Dios.
PIE:
José y Javier lucieron en el toreo a caballo.