En los corrales de la plaza Nuevo Progreso se generó el reencuentro entre el toro llamado “Pontífice” de la ganadería Jaral de Peñas y el matador Héctor Gutiérrez, quien lo indultó durante la segunda corrida de la temporada tapatía.
Luego que el astado fue curado por los veterinarios, Héctor consideró que las virtudes del toro criado por Juan Pedro Barroso fueron: “Bravura, emotividad y transmisión, lo que me permitió torear con temple, con largueza, sintiendo el toreo y así fue como me gané la entrega de ese exigente público”.
Gutiérrez apuntó acerca de la faena: “La parte más rotunda fue con la muleta, pues la gente tardó en entrar cuando toreé con el capote; sin duda es una faena inolvidable”, comentó, el diestro hidrocálido, cuyo próximo compromiso será Tlaxcala, el próximo 2 de noviembre.
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Recordó la faena que pasará a la historia del coso tapatío. / FOTO: CORTESÍA PLAZA NUEVO PROGRESO