Hace siete años de su desaparición física, pero Rodolfo Rodríguez “El Pana” está más presente que nunca en su tierra. En Santa Anita Huiloac, en el estado de Tlaxcala, se encuentran parte de sus cenizas, bajo un árbol de capulín, en cuyo tronco hay jarritos de barro atados a este con listón y casi en la copa, un par de macetas con geranios rojos. Al pie, una cruz de piedra marca el sitio, mientras que al lado derecho crece una abundante mata de lavanda; en ese lugar fue donde el matador vivió y donde en la actualidad se ubica un recinto que recopila muchos de sus más representativos ternos, objetos, fotografías, pinturas, etc.
Además, otro tanto de esas cenizas se distribuyeron en cuatro ganaderías tlaxcaltecas: Zacatepec, De Haro, García Méndez y en la de Jaime Rodríguez, de acuerdo a la última voluntad del llamado “Brujo de Apizaco”.
PIE: Aquí descansan parte de las cenizas de «El Pana», en su casa de Tlaxcala.
FOTO: ARCHIVO / MARYSOL FRAGOSO