El diestro Antonio Ferrera puso en ebullición a los 35 mil aficionados que acudieron a la Corrida Guadalupana en la Monumental Plaza México, cuando cuajó al quinto toro de la ganadería de Bernaldo de Quirós, premiado a la postre con vuelta al ruedo, mientras ese torero español cortó dos orejas con su estilo personal, variado y heterodoxo; en la línea del clasicismo Diego Silveti deleitó con una faena reposada y fina, en consonancia con un buen toro de Fernando de la Mora; y cayó de pie Diego San Román al cortar un trofeo del octavo.
Ferrera recibió al quinto toro llamado Ayate con lances muy reunidos. Antes de que saliera el picador al ruedo, levantó la mano para frenarlo; ante la sorpresa del público fue el diestro quien se montó en el caballo, tomó la vara y lo picó; de inmediato bajó del cuaco para colocar banderillas vertiginosamente y al término de ese emotivo tercio que brindó al matador Vicente Ruíz “El Soro”, dio una vuelta al ruedo.
Antonio inició la faena de muleta al ponerse de rodillas, pegado a tablas, para ligar varios muletazos. Ya con la figura erguida, cuajó la primera de las tandas con la mano diestra y la remató con un molinete.
A partir de ese momento, se sucedieron los pasajes de su toreo de arrebato que deja al público y al propio diestro exultante de emociones. Citó al toro desde unos 10 metros de distancia y al llegar al embroque le ejecutó una estocada entera, por la que recibió dos orejas, entre la alegría de la matadora Cristina Sánchez, que esta tarde debutó como su apoderada.
Diego Silveti, frente al cuarto toro, de Fernando de la Mora, llevó a cabo una faena marcada por la firmeza y la hondura, ante un toro que tuvo calidad pero resultó medido de transmisión y fuerza. Lo toreó por nota para extraerle su fondo de clase que, sumada a la suya, derivó en un gran trasteo con temple.
Las ajustadas gaoneras del inicio y los naturales de calidad que logró a pesar que por momentos el toro iba con la cabeza suelta, convencieron a los exigentes aficionados, debido a su intensidad. Hubo un momento en que el astado lo pisó, lo hizo caer a la arena y el diestro quedó a merced de su enemigo, por fortuna, sin consecuencias que lamentar.
Regresó a la cara del ejemplar para seguir toreando y redondear la faena con una estocada recibiendo, que quedó contraria, con lo que paseó una valiosa oreja. El otro toro de su lote, careció de condiciones para triunfar, pero Silveti estuvo esforzado
Diego San Román recibió la alternativa con el toro llamado “Cumplido”, número 233, con 582 kilos de peso, de la ganadería de Bernaldo de Quirós. Logró una actuación solvente y enterada pero falló con la espada ante el primero y dejó escapar la oreja. Con el octavo se mostró muy decidido y subió el nivel de su toreo con entrega, valor sereno y proyección. Terminó de estocada y recibió una oreja.
Morante de la Puebla, estuvo dispuesto ante ambos toros de su lote. Consiguió sus mejores detalles de arte con el tercero pero no estuvo acertado con la toledana. El otro morito tuvo muy poquita fuerza.
El balance final fue: Corrida Guadalupana. Aproximadamente 35 mil aficionados. Toros de Fernando de la Mora (segundo, tercero, cuarto y octavo) y de Bernaldo de Quirós (primero, quinto, sexto y séptimo), con vuelta al quinto, todos bien presentados y de juego diverso. Antonio Ferrera (verde y oro), saludos en el tercio y dos orejas; Morante de la Puebla (negro y oro), silencio en su lote; Diego Silveti (azul rey y oro), oreja y palmas; y Diego San Román (blanco y oro), saludos en el tercio y oreja. El subalterno Juan Ramón Saldaña fue alcanzado por un toro, fue trasladado al hospital para ser valorado. Se rindió un minuto de aplausos a la memoria del picador Beny Carmona y del cantanta Vicente Fernández.